Cuando yo me halle sin saber
si el arrebol o la madrugada dicen quiero
porque mi paisaje sólo sea muro
cuando el trote trote de los escribanos
finalice por darle encuentro a mi pasada
y no les dé a cambio de mi yacimiento ningún discurso
cuando décadas sean lomismo que polillas o volteretas
partiéndome el seso en la aldea de las restricciones
y no sepa el agua más que a mate
ni la yerba más que a baba
cuando el miedo se troque con el pensamiento
de todos los anos allí enclavados
atados al gallinero de dios
olvidados
y no arranque ningún pesar de mis brazos
escribiré mis cuadernos definitivos
los propios del paso sobre el puente
habiendo sopesado los calambres juveniles
y también las marejadas de la conciencia contra el cielo
diré mis palabras veniales
las guardaré dentro de las uñas a la manera de las giletes
con sus respectivos destinatarios bien tallados
de tal suerte que cuando me hallen
yo estaré cocido o cociendo sin saber
que las comidas que nunca comí ya las probé en los cerros
donde ejecuté las mercedes de mi inquietud