Yeguada latinoamericana, banda de guerra, máquina de afectos y complicidades, son un movimiento de confrontación performático de mujeres devenidas yeguas, mestizas, mutantes, quienes disponen sus cuerpas en las calles para subvertir la servidumbre antropocéntrica y falocrática de la sociedad chilena, ironizando y desafiando las figuras de orden de los regímenes de clase, patriarcal, racial y especista: el papa, las policías, la ciudadanía y la patria. Frente a la violencia social que indistingue lo público de lo privado en la calle, en la casa y en el trabajo, ¿Cuáles son las potencias de sostener la mirada, perder el miedo y reafirmar las cuerpas, política y estratégicamente, mediante un lenguaje anómalo de alcance micropolítico, como el de la performance?, ¿podemos a través de ella afirmar un lenguaje y un saber mutante, capaz de desestabilizar la norma y el control policial, un saber que no busque ser comprendido sino que sirva hacer tajos a la racionalidad, la norma y el deber ser de una sociedad presa de las identidades fijas y de la inmediatez, donde todos quieren respuestas y verdades?.