Bifo es escritor, filósofo, activista, psiconauta y, en muchos sentidos, un habilitador de puntos críticos de reflexión para la izquierda contemporánea, para las izquierdas cabe decir. Múltiple e inquieto en general fundó, hace ya algún tiempo, la histórica revista “A/Traverso”, fanzine del movimiento creativo de 1977 en Bolonia, Italia, y ha promovido múltiples medios de producción de conocimiento y discusión política, entre ellos, la mítica Radio Alice.
Hace poco más de un año nos recibió en su casa y tuvimos ocasión de registrar una entrevista que luego publicamos en video en marzo del año 2018. Dada la porfiada actualidad de las reflexiones allí suscitadas, la publicamos nuevamente, esta vez en formato escrito para facilitar su uso y propagación por otros medios. La conversación que parte de un lugar tan concreto como reiterativo (la relación entre proceso electoral y proceso político) transcurrirá, luego, por diversos modos de aproximación a aquello que constituye la democracia, la política y sus vínculos con la organización tecno-económica del mundo. Con ello busca aportar claves de comprensión de la deriva (pseudo)fascista que toma la administración neoliberal de la ruina del mundo y la radical importancia de constituir una nueva erótica política, es decir, de oponer al ambiente clausurante, asfixiante y programado de la tiranía financiera-corporativa, una política abierta a lo improgramable, tensionando el régimen de acumulación. No podemos sino pensar que el feminismo, en sus formas más radicales, puede ser parte de esta erótica política capaz de interrumpir corporalmente la acumulación-destrucción algorítmica.
I. Jugar al juego de las elecciones es una manera de perder, pero…

VD: Partamos por algo muy concreto. Tuvimos en Chile la última elección, en la cual fue electo como presidente Sebastián Piñera[1], con ayuda de votos de candidatos que reivindican la herencia dictatorial y, como también te había comentado, luego la gente que sale a celebrar el triunfo porta imágenes de Pinochet [dictador entre 1973-1990] y en ese sentido uno puede pensar que ese recurso de la democracia que se hace, que se utiliza para elegir a Piñera, se hace en nombre también de una figura completamente anti-democrática.
Por otro lado, en esa misma elección había la esperanza de una nueva fuerza política, que se había originado, en parte, a partir del movimiento estudiantil y que intentó generar una tercera fuerza [Frente Amplio]. Sin embargo, fue incapaz de sumar los votos que tuvieron en primera vuelta a una segunda vuelta para evitar que salga electo Sebastián Piñera.
Ese contexto que es muy local, pero que tiene vínculos con distintas realidades en distintas partes del mundo, distintas latitudes, plantea la pregunta de los límites de la relación entre la posibilidad que todavía tiene la cuestión electoral en las democracias, tal como existen, y la relación con los movimientos de la política como habías dicho tu “real” entre comillas, es decir, de la cuestión estratégica. Y cómo esos dos elementos se pueden pensar todavía para producir algo así como modificaciones sustanciales en el orden de las cosas; o si ya la política electoral por un lado está absolutamente derrotada como alternativa.
Bifo: Es una pregunta interesante y difícil. Porque, palabras como democracia, por ejemplo, me parecen cada vez más vacías, inútiles, trampas conceptuales, la verdad. Cuál es el significado de la palabra democracia hoy en el discurso prevalente, sobre todo en el discurso neoliberal. Democracia es que cada cuatro años se pueda ir a votar. Pero, por ejemplo, en Irán se puede votar, pero no es una democracia y por qué, porque la definición de democracia está vinculada profundamente al ejercicio occidental, blanco, si puedo utilizar esta expresión horrible, pero que vuelve en el imaginario contemporáneo. Democracia ha sido reducida a un involucro[2], envelope, puramente formal que esconde en su interior la obediencia a una regla, que es la regla capitalista y neoliberal. Entonces me parece que es una palabra que tenemos que evitar. Las elecciones, serían la forma de manifestación principal de esta democracia metafísica, de la cual estamos hablando. Entonces, ¿las elecciones no nos interesan? Cuidado, siempre he tenido un interés muy del exterior, nunca he participado en elecciones o solo ha ocurrido una vez y ha sido una catástrofe. No me parece el juego de las elecciones, no me parece un juego verdadero, es un juego mistificado por el hecho muy simple, que hay quien tiene medios de comunicación, recursos económicos y hay quien no tiene ni medios de comunicación masiva, ni recursos económicos, entonces es un juego que está marcado desde el comienzo. A pesar de eso, el momento electoral puede evidentemente cumplir una función de espejo, de registro, de reproducción, de manifestación de algo que pasa en la vida y en el imaginario real de la población.
Miremos lo que está pasando en Europa en los últimos años: vemos un desplazamiento hacia los partidos de la derecha. De Polonia, Hungría, Eslovaquia a Austria, mañana Italia. Entonces, vamos a ver una probable victoria de una derecha que es una especie de síntesis de todo lo que, de horrible, pertenece al siglo pasado. Eso no significa que las elecciones son un momento en sí decisivo, que podemos considerar las elecciones como el momento en el cual la acción política se desarrolla en su forma más plena, no, no es eso. Pero las elecciones son un momento en el cual verificamos eso que está pasando, que ha pasado y que pasará al interior del imaginario colectivo. Entonces jugar al juego de las elecciones es una manera de perder, de equivocarse, pero jugar a este juego de manera irónica, de manera implícitamente crítica para entender y mostrar, subrayar las modificaciones que se están verificando al interior del imaginario social, eso sí. Entonces las elecciones son un momento importante en la historia del devenir del imaginario, pero no son un momento verdadero, un momento de verdad, son simplemente el espejo de la dominación que el capitalismo, que fuerzas económicas e ideológicas ejercen sobre la mente colectiva.
II. La lucha verdadera es siempre eso, lucha entre clases sociales y lucha entre imaginaciones del mundo.

VD: Respecto a eso, creo que hay un punto muy importante. Cierta izquierda, por decir muy en general, ha quizá pecado de un exceso de búsqueda de representación. Busca justamente en ese momento de la elección y uno lo puede verificar hablando con gente nada más, cuando dicen “no quiero votar por tal persona”, por ejemplo, “porque no me representa completamente”, buscan en la elección ese momento de representación absoluta, que sería justamente buscar un momento de verdad en esa representación política, en lugar de jugar con un arte de las distancias…
Bifo: Claro, que las elecciones son el momento central de la que podemos llamar democracia representativa. Entonces, la democracia representativa no es mala en sí misma, no tengo nada contra que alguien me represente, el problema es más radical, es el concepto de democracia misma que está mistificado, no solo democracia representativa, entonces intentamos la democracia directa. No, no es esto el problema, es el nivel formal que se incorpora en la palabra democracia, no es el nivel donde se verifica la transformación imaginaria y social. Entonces, todas las formas de representación política son un espejo deformante de la realidad social imaginaria. Siempre he pensado que la dimensión en la cual tenemos que trabajar como intelectuales, como activistas, como revolucionarios si quieres, o simplemente como personas que intentan entender y transformar, no es el nivel de representación, no es el nivel de la democracia formal, es el nivel de lo que podemos imaginar de nuestra vida y es la dimensión de la fuerza social, de la distribución de la fuerza, esos son los niveles reales de la actuación. Cuando la izquierda se ha encontrado esencialmente al interior de una máquina electoral, democrática, tal vez ha ganado las elecciones, por ejemplo, en Chile al comienzo de los años 70′, pero la lucha verdadera en ese momento se ha revelado otra, la lucha verdadera no era quién tiene más fuerza democrática, Salvador Allende, la lucha verdadera se verificaba a nivel de la intervención norteamericana, la ideología neoliberal, el crimen pinochetista y fascista. Entonces, la lucha verdadera es siempre eso, lucha entre clases sociales y lucha entre imaginaciones del mundo, la una no es menos importante que la otra. La imaginación no es menos importante que la lucha de clases y la lucha de clases no es menos importante que la imaginación. La forma política puede ser útil tal vez, pero tenemos que evitar considerar la lucha política formal, como el lugar verdadero de la lucha, no lo es, nunca lo ha sido y nunca lo será.
VD: Y en esta idea del problema del imaginario también y de la imaginación política, cuando dices la democracia se convierte, o quizá siempre ha sido una especie de trampa, para un pensamiento político. Pienso en Berkeley el año pasado a propósito de una marcha sobre el “free speech”[3], en donde, quienes estaba reivindicando el derecho al uso del discurso libre y de la libertad de expresión, eran justamente movimientos que querían promover ciertos valores, si se quiere decir, cierto imaginario también completamente fascista, si uno quiere ponerlo desde ese punto de vista. Quienes querían reponer o recomponer una universidad o un mundo para “los blancos”, hacían uso de ciertas herramientas que, en un primer momento, fueron las que también activaron estos movimientos contra los que ellos se manifestaban. Retomaban, entonces, estas herramientas que parecían pertenecer a la política democrática para construir, a partir de este propio imaginario democrático, ya limitado, un mundo aún más limitado, pero con las armas de la democracia. En ese sentido, pareciera que lo que vemos hoy en día, revela de algún modo un funcionamiento de esta democracia, en la medida en que muestra cómo por debajo operan estas fuerzas políticas que, ahora, haciendo uso de armas formales de la democracia, quieren producir algo completamente distinto.
Bifo: No intento negar la posibilidad de utilizar momentos electorales, como oportunidad de transformar algo, sobre todo en el imaginario de la gente. El problema es el núcleo de la cuestión, es decir la palabra misma democracia, no podemos construir nada sobre la ilusión de la democracia. Veamos lo que está pasando en Europa. En Europa hay democracia, no se puede negar, se vota muchas veces, se eligen representantes, pero cuando por ejemplo el pueblo griego el año 2015 votó 62% para rechazar el dictat financiero del banco central, del Fondo Monetario Internacional (FMI), la troika; en ese momento, el voto de la larga mayoría de los griegos no produjo ningún efecto. Qué significa eso, que hoy las reglas formales de la democracia pueden ser respetadas perfectamente, pero eso no significa que la voluntad real de la mayoría de la población, va a ser respetada por las fuerzas dominantes.
Al mismo tiempo, esta evidente mistificación, esta falsedad de la democracia, está produciendo un efecto paradójico pero muy, muy peligroso, que es el renacer de algo que parece como el fascismo que regresa. Lo es en un sentido, pero al final no lo es, pero lo es al mismo tiempo. Es fascismo porque es violencia, porque es racismo, porque es discriminación, porque es machismo, pero no es fascismo porque no tiene la misma energía futurista que tenía el fascismo del siglo pasado. Qué pasa verdaderamente, pasa que la mayoría de la población europea, por ejemplo, se da cuenta del hecho que puede votar a la derecha, que puede votar al centro, puede votar a la izquierda, pero el fiscal compact[4], es decir, el robo, la predación sistemática de los recursos sociales por la clase financiera, eso no se puede discutir. Está fuera de la discusión, entonces de qué estamos hablando, de nada. Estamos hablando de nada, eso produce el efecto, que cada vez más personas piensan “ah, la democracia es inútil”, entonces llega el fascismo, ¡ese es el efecto! Ese es el efecto del vaciamiento de la democracia que ha sido producido por la dictadura financiera.
III. Una concatenación de algoritmos, de implicaciones matemáticas y financieras se imponen como el poder real.

VD: Claro porque en ese sentido la dictadura financiera logra separar, digamos, el entorno local de la decisión de lo que finalmente acontece. Y lo paradójico también es que estos nuevos movimientos, o estos nuevos fascismos que son y no son al mismo tiempo, buscan recomponer ese elemento más bien local, precisamente porque parecen darse cuenta, de algún modo, torcido quizás, de que bajo las reglas de la democracia formal, no se puede discutir el asunto financiero que funciona en una especie de desterritorialización, pero que al mismo tiempo, entonces, para los movimientos de izquierda plantea un desafío que no han sido capaz de elaborar, ni en el sentido teórico ni en el sentido práctico-político.
Bifo: Sí. Eso significa que el problema de la autonomía social, de la justicia si puedo decir, en nuestro tiempo, se ha hecho mucho más complicado de lo que fue en el pasado, ¿por qué? Porque el lugar, la agency, del poder, está totalmente desterritorializado. Es el gobierno de Roma, no, no lo es. Es el gobierno de Atenas, no, no lo es. Atenas, Roma, no pueden hacer nada porque la gobernanza se encuentra en un lugar que no es geográfico, que no es territorial.
¿Cuál es este lugar? Aquí empieza el discurso verdadero, dónde está hoy la fuente de poder. El poder se ha hecho algo abstracto en un sentido muy fuerte. Cuando decíamos en el pasado gobierno, entendíamos una fuerza política más o menos democrática, pero una fuerza política identificable, que decidía. Ahora esta fuerza política no existe. Existe, pero no decide nada. Entonces qué decide: la gobernanza. La gobernanza es la transformación del proceso decisional, en un sistema técnico de abstracciones, es decir, en una concatenación de algoritmos, de implicaciones matemáticas y financieras que se imponen como el poder real.
Puedes decir lo que quieras, pero el poder real se encuentra en otra dimensión, que es abstracta, entonces puedes destrozar el palacio de gobierno, puedes destrozar también el palacio del banco central, porque el poder no está al interior del lugar banco central, se encuentra en un lugar puramente abstracto que podemos llamar ciberespacio, el lugar que no es un lugar, es una abstracción. Y a este nivel, el problema clásico del movimiento revolucionario cambia totalmente. Porque no solo el palacio de invierno está vacío, sino que no hay otro lugar que pueda hacer la función de decisión y de centralización que fue el palacio de invierno, entonces el enemigo no es una subjetividad. Hay subjetividades muy malas, es decir, Lloyd Blankfein[5], el director de The Goldman Sachs, seguramente es un enemigo y es una persona peligrosa y un asesino, pero si matamos a Lloyd Blankfein, nada pasa, porque no es él mismo el detentor, el actuador de la decisión. Entonces tenemos que repensar el problema de la liberación y de la autonomía, desde el punto de vista que no tiene más un carácter de identificación subjetiva, el enemigo, para decir, la agency del poder no se puede identificar.
Al mismo tiempo y aquí está la otra cara del problema, también el sujeto autónomo no se puede identificar de manera territorializada, son cuerpos los de los rebeldes, pero son cuerpos que viven al mismo tiempo en una condición desterritorializada del cerebro, es la separación entre cuerpo territorial y cerebro desterritorializado que tenemos que investigar y solucionar. Porque los cuerpos hoy, se encuentran cada vez más separados del cerebro y el cerebro se encuentra totalmente separado de la vida real de nuestros cuerpos.
IV. No crearemos una plataforma técnica adaptada al problema, sino creamos formas de placer compartido a nivel territorial y a nivel global.

VD: Creo que es muy interesante eso en muchos sentidos, pero en este específicamente, porque si en algún momento aparecía como algo deseable, posible y políticamente relevante la toma de, por ejemplo, un edificio, digamos el Palacio de Invierno – y el problema de que esté vacío es uno – pero eso tenía que ver allí con una lectura técnica, tecnológica, estratégica del plano político, en donde uno podía llevar a cabo un cierto movimiento que tuviese un éxito posible. Y en este sentido, parece ser que, justamente esta suerte de nuevo mapa técnico, político, estratégico, hace falta. Y no solo hace falta, sino que, además, tenemos la complejidad que desde este punto de vista: de la separación de un cerebro, que puede ser colectivo incluso y estar conectado a este nuevo aparato y en ese mismo sentido adquirir potencias insospechadas anteriormente; al desconectarse estas corporalidades se dificulta justamente realizar ese ejercicio de mapeo estratégico, político y técnico para los propios movimientos sociales.
Bifo: Yo creo que aquí está el problema estratégico de nuestro futuro, es decir, como tú has dicho, el cerebro colectivo es la dimensión que la red global ha determinado, la actuación productiva contemporánea es, esencialmente, la actuación del cerebro colectivo. Pero, ese cerebro colectivo, es el cerebro de quién, ¿cuál es el cuerpo de ese cerebro? No hay. Pero hay, porque hay millones de cuerpos, mi cuerpo, tu cuerpo, su cuerpo, hay cuerpos de diez millones, cinco millones de productores cognitivos que tienen el mismo cerebro, la red global, y cuerpos sin relación con el cerebro. ¡Y cuerpos, aquí está el punto más doloroso si quieres, cuerpos que no pueden comunicar directamente o que cada vez menos se encuentran en una dimensión física, erótica, social!
Entonces mi imaginación, no digo estrategia porque no tengo una estrategia política, desafortunadamente, pero tengo una intuición. Y mi imaginación, mi intuición es, que el verdadero problema político del futuro, es conectar el cerebro colectivo con cuerpos que se conjuntan el uno con el otro. Piensa en el movimiento Occupy del año 2011, en un cierto momento yo he pensado, ese es el movimiento más grande que hemos conocido, es grande como 68′ en un sentido, los países árabes, los Estados Unidos, Oakland, New York, en Inglaterra, en Londres, en España, es un movimiento que tiende a devenir un movimiento verdaderamente global, internacional. Y qué hacemos, ocupamos calles, ocupamos plazas, ocupamos ciudades ¿Por qué lo hacemos? No era claro esto y en un primer momento se puede pensar que la ocupación de un lugar como Wall Street, Zuccotti Park, significa como el Palacio de Invierno, ataque contra un lugar de poder. Pero no funcionó, no funcionó porque no había ningún poder en el Zuccotti Park. Ni en Wall Street hay mucho poder porque el poder de Wall Street, es un poder que está en la infoesfera, al final ese movimiento fracasó. Fracasó clamorosamente en todos los lugares, en Egipto, como en los Estados Unidos, en todos los lugares del planeta.
Entonces, ¿ha sido un movimiento falso, inútil? No, no lo ha sido, porque ha puesto un problema, no lo ha solucionado, pero ha puesto un problema, el problema cuál es: que ocupamos ¿qué estamos ocupando? no importa, ocupamos porque nuestros cuerpos pueden encontrarse en este lugar. El verdadero sentido del movimiento del 2011, en ese sentido, es erótico, no político. Y cuando digo erótico, entiendo el placer, el placer físico, psíquico, intelectual, poético, político, el placer. ¡Es el placer una cuestión fundamental de nuestro tiempo! La gente está deprimida, porque nadie sabe dónde está el placer. El sexo se ha reducido a algo identitario, de virtual, de pornográfico. Cada vez menos encontramos placer en las formas de las vidas que conocimos, tenemos que inventar una dimensión nueva del placer, Occupy así lo ha sido. Occupy ha sido esencialmente en un sentido, en francés se dice occupons l’un de l’autre, ocupamos el cuerpo del otro.
Empezamos un proceso de recalentamiento de la dimensión social, de re-erotización de la dimensión social. No se trata solo de erotismo aquí. Se trata de erotismo, pero no solo: se trata de refundar la política a partir del placer de la corporeidad. ¡Una corporeidad que tiene una relación directa con el cerebro! Eso es, me parece. En el futuro lo que yo imagino es un movimiento de diez millones de trabajadores cognitivos que crean una plataforma para su placer y para el sabotaje y la reprogramación de la máquina global, las dos cosas no pueden ser separadas. No crearemos una plataforma técnica adaptada al problema, sino creamos formas de placer compartido a nivel territorial y a nivel global.
VD: Quiero poner esto, para cerrar, que me parece que está muy vinculado. Hay un capítulo de esta serie Black Mirror, no sé si la conoces, de la última temporada, de hecho, que no es muy buena (risa), pero hay un capítulo que aborda un poco el problema justamente de las relaciones sexo-afectivas. Un poco exagerando lo que es Tinder hoy en día, se hace una simulación, usando ciertos patrones que uno tiene, de cuál podría ser tu pareja perfecta. A partir de cierto algoritmo, se calcula y te ofrecen a alguien. Y ese algoritmo, que calcula y te ofrece a alguien programa, por lo tanto, aquello que se supone podría generar una atracción erótica o física o sentimental. Y yo creo que en ese sentido se pone un problema muy potente para nuestra época y para un pensamiento político y erótico al mismo tiempo, que es justamente el problema de la programación. Porque cuando uno piensa el problema de la programación, al nivel ya de las relaciones íntimas, toda esa potencia que es el encuentro erótico, que es un encuentro justamente de desprogramación o de apertura, de algo que uno no puede saber qué va a suceder, aparece entonces de nuevo reducido a un algoritmo. Y qué pasa, ¿qué necesitan las finanzas todo el tiempo? Predecir el futuro, gobernar el futuro, dominar qué es lo que puede pasar; la especulación tiene que ver con eso.
Bifo: Conozco Black Mirror, evidentemente, pero no conozco este capítulo. Pone un problema que es muy central, es decir, la relación entre erotismo y formas de la comunicación interhumana. En un sentido es el tema del cual he intentado hablar en Fenomenología del Fin[6]. La relación erótica es esencialmente una relación de conjunción, donde la palabra conjunción significa el encuentro, la interacción entre entidades que no pueden ser definidas de manera algorítmica, que no pueden ser reducidos. Entonces siempre hay en la comunicación conjuntiva, siempre hay un aspecto de ambigüedad. Entre tú y yo, en este momento nos entendimos, claro que nos entendimos, pero hay algo que yo no puedo entender de ti, de tus ojos, de tu manera de decir “sí”, “no”, siempre hay algo más de lo que estamos diciendo, esa es la riqueza de la relación conjuntiva. Porque yo puedo conocerte 40 años, pero no te conozco y lo que es interesante es que puede acontecer algo, ¡que cambia todo! En la relación de amor lo sabemos muy bien, que lo interesante es que nos conocimos pero no nos conocimos, es el lado oscuro que da vivacidad a la relación de amor.
VD: Que es fascinante.
Bifo: Claro. Yo lo llamo a eso ironía. Ironía es lo irreductible de la comunicación interhumana, pues hay la dimensión conectiva, la dimensión conectiva que deviene la forma prevalente de la comunicación humana hoy, es la relación que pasa a través del algoritmo, que pasa a través de la conexión. La conexión implica una reducción ¡total! de los actores comunicacionales, es decir, el formato de la comunicación produce un efecto de total visibilidad, total transparencia. A este nivel yo creo que se está produciendo una simetría que se manifiesta en forma de sufrimiento, porque nosotros humanos comunicamos cada vez más a través de una concatenación lingüística que no nos permite la ambigüedad irónica y erótica. Eso significa, a mí me interesa muchísimo este tema entonces he trabajado sobre la genealogía cultural religiosa, protestantismo versus el catolicismo, el gótico versus el barroco; la comunicación conectiva contemporánea se funda sobre la idea que la palabra humana es “sí, sí, no, no”, eso significa que la relación erótica se reduce a una ¡total transparencia! Nada de menos erótico que eso.
Es el problema de la des-erotización de nuestro tiempo y al mismo tiempo es la causa del crecimiento de la violencia, la violencia sexual es un efecto, paradójicamente, es un efecto de esta reducción protestante y binaria. Como todo tiene que ser dicho “¿quieres hacer el amor conmigo? – sí – entonces firma aquí”. Eso produce un efecto de asimetría entre el deseo real y la forma dominante de la sexualidad, que se hace pornográfica al final; es decir, vaciada de ambigüedad. Ambigüedad significa riqueza, ambigüedad significa que lo que te digo significa algo pero significa algo más. Entonces, siempre hay algo más en la comunicación erótica, algo que no ha sido dicho y lo que no ha sido dicho es más importante que lo que nos estamos diciendo. ¿Qué significa eso a nivel político? Que la relación social ha sido reducida al intercambio matemático, financiero, algorítmico. Pero la pulsión social real, no puede reducirse a esto. Entonces se presenta en forma de violencia, se presenta en forma de regreso al identitarismo, etc. etc.
VD: Y ese regreso de todas maneras aparece como algo más bien transparente ¿no?
Bifo: Blanco o negro. El cristiano o musulmán, soy italiano o argentino, etc, etc. Claro, claro, cómo la fluidez del devenir otro está cancelada en la relación dominante, financiera. Entonces el devenir otro, deviene un territorio imposible. No entendemos el placer del devenir otro.
[1] Candidato de Renovación Nacional (RN), partido de la derecha chilena. Fundado el 29 de abril de 1987, producto de la fusión de tres grupos de derecha organizados en la década de 1980: el Movimiento de Unión Nacional (MUN), la Unión Demócrata Independiente (UDI) y el Frente Nacional del Trabajo (FNT). A ellos se unieron, además, antiguos militantes del Partido Nacional. En 1988 y tras disputas internas estratégicas y de liderazgos, los miembros de la UDI renunciaron al partido y decidieron formar una colectividad propia. En cuanto a la postura ideológica del partido, Renovación Nacional (RN) aboga por la preservación de la tradición y la unidad nacional, la condición subsidiaria del papel del Estado en todas aquellas áreas donde la actividad privada se puede desarrollar y la diferencia irrestricta de los derechos, así como sus deberes (Fuente: https://www.bcn.cl/historiapolitica/partidos_politicos/wiki/Partido_Renovación_Nacional).
[2] Sobre en italiano, es decir, “envelope” [N. de l.s Eds.]
[3] Un documental sobre la presencia de Milo Yiannopoulos en Berkely, puede verse aquí: https://www.youtube.com/watch?v=IL3OIMaHZhU. Milo Yiannopoulos, es un bloguero, periodista, orador y escritor polemista británico que, hasta febrero de 2017, se desempeñaba como Redactor jefe del medio ultraderechista Breitbart News. Yiannopoulos, que se describe a sí mismo como un “libertario cultural”, es un crítico del Islam, el ateísmo, el feminismo, la justicia social, la corrección política y otros movimientos progresistas. Yiannopoulos se declara como un seguidor del presidente Donald Trump y del liberalismo libertario (Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Milo_Yiannopoulos=.
[4] Refiere al pacto fiscal europeo, formalmente Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria, es un acuerdo firmado el 2 de marzo de 2012 por 25 estados miembros de la Union Europea (UE). Contiene un conjunto de reglas, llamadas “reglas de oro”, que son vinculantes en la UE para el principio de equilibrio presupuestario. Todos los estados miembros de la Unión Europea firmaron el tratado el 2 de marzo de 2012 con la excepción del Reino Unido y la República Checa (Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Pacto_Fiscal_Europeo).
[5] Lloyd Blankfein, es un inversionista estadounidense que ha ocupado el cargo de principal presidente de Goldman Sachs desde 2019, y de presidente ejecutivo y director general desde 2006 hasta finales de 2018, después de que se le pidiera al exdirector general, Henry Paulson, que se desempeñara como el 74º Secretario del Tesoro de los Estados Unidos. Antes de dirigir Goldman Sachs, fue presidente y director de operaciones (COO, siglas en inglés) de la compañía de 2004 a 2006, donde trabajó bajo la dirección de Paulson (Fuente: Traducción propia desde https://en.wikipedia.org/wiki/Lloyd_Blankfein)
[6] “Fenomenología del Fin. Sensibilidad y mutación conectiva”, libro traducido al español y publicado en 2017 por la editorial argentina Caja Negra. Se puede ver acá: https://cajanegraeditora.com.ar/libros/fenomenologia-del-fin/
*Agradecemos a Nicole Sir por la transcripción de la entrevista.
** La foto de portada es de Giulia Frigieri.
hOLA compañeres, les escribo desde córdoba, argentina. Les escucho siempre que puedo y sino escucho los podcast. Soy arquitecta, madre, investigadora y feminista. Trabajo con cooperativas y mujeres organizadas en los barrios. Y ahora se me metido que voy a hacer un otro doctorado en género, es por esta razón que quisiera contactarme con Bifo. Será que me pueden pasar su correo electrónico para escribirle?
Aprovecho para felicitarles por el laburo que hacen y la elección de los temas. Les mando un cariño desde por acá.
Laura Sarmiento
Hola Laura
Mi nombre es Hugo, escríbeme al mail: hugo.sir.r@gmail.com y te lo paso por ahí.
Abrazo y gracias por el apañe!