En este capitulo conversamos con Fabio Luis Barbosa dos Santos, co-autor con Daniel Feldmann del libro BRASIL AUTOFÁGICO. Aceleración y contención entre Bolsonaro y Lula, publicado por lxs amigxs de Tinta Limón. El mercado no crea sociedad: el mercado erosiona la sociedad, al mismo tiempo que debe proponer una cierta forma de gobierno o “administración de la crisis”. La brutalización a la que está sometida la sociedad brasileña (que Fabio nombra como “desocialización autofágica”) frustra toda simpatía con la democracia y las migajas de acceso al consumo. Esta administración de la crisis se ha alternado entre aceleración y contención de las tensiones sociales: es decir, una espiral acumulativa hacia la barbarie, de la que el lulismo no ha logrado escapar (más allá de su voluntad por querer reponer ciertos límites a las dinámicas sociales). Mientras las encuestas daban por ganado a Lula en primera vuelta, las calles habían sido ganadas por la derecha en un marco de rearticulación de las alianzas con aquellos que, en un primer momento, quitaron piso al lulismo para luego proponerlo como candidato.
¿Cómo desactivar el monstruo que se va fraguando al interior de esta dinámica autofágica de aceleración/contención que manejan las élites financieras? ¿Cómo dar futuro a la rabia contra la existencia insoportable? ¿Cómo hacer que la rebelión tenga futuro? La rebelión desafía las formas del progresismo, ya que no tiene proyecto ni programa. También desafía su tiempo, ya que la rebelión es una política del ahora. En la vía inversa de esta espiral acumulativa hacia la barbarie que es la dinámica autofágica, la tendencia es que las rebeliones se multipliquen expresando la inconformidad y la subversión de una dinámica social que el progresismo alimenta. En otras palabras, lo contrario a la forma política que el bolsonarismo encarna no es el progresismo, sino la rebelión.
Identificar las posibilidades que están ya en la socialización y en relación a un horizonte de emancipación, significa disputarle a la reacción un imaginario antisistema que ha dejado de ser baluarte de la izquierda: es necesario desactivar un imaginario en el que se han naturalizado las desigualdades que pone en marcha la socialización autofágica y que cancelan toda posibilidad de futuro. Entonces, ¿cómo salir del presentismo en el que nos sitúa el mercado y el capital, y poder elaborar así un presentimiento? ¿Cómo salir del impasse de la imaginación política en la que estamos sumidxs? ¿Podemos desactivar la salida de las crisis vía autoritarismo? ¿Cómo hacer?