Artículo, Textos

Travestopolítica

Diego Argote @dgo.argote

Texto de Danka Herrera leído en la actividad “Las guerras fractales del capital. Diálogos territoriales con Maurizio Lazzarato” organizado por espacio.tierra en alianza con Tinta Limón Ediciones y Vitrina Dystopica

Las travestis no necesitamos que Europa nos diga cómo rebelarnos, cómo resistir, cómo poner el tacón. Europa no ocupa tacones. Las travestis sabemos de conflicto y de guerra cuando vemos el brillo de los ojos de nuestras madres antes de salir a las calles con miedo a morir. La primera guerra que di fue contra la muerte, la segunda contra el proyecto de mi familia sobre mi cuerpo, la tercera e incesante, contra el hetero-capital. Las travestis sabemos de guerra porque vivimos en una. Las travestis sabemos de guerra porque el fascismo ya nos dejó cicatrices y con amigas menos. No me vengan a decir que las travestis no sabemos de guerra, si yo misma he enterrado a mi madre, Karina. No me vengan a decir que somos solo apariencia, que solo somos un capricho performativo. Las travestis somos cuerpo, somos política, somos un grito que exige vida. Que sobrevive a duras penas con la devastación del capitalismo. Las travestis somos cerbatanas, somos puñales que en la red inmensa de afectos bajamos los brazos un momento. Lo travesti y la guerra, lo travesti y el conflicto. Las sabias viejas travestis dicen: “Ser travesti no es ser bonita, es ser valiente”. Me encantaría ver cuanto duraría el mundo de la filosofía heterosexual que teoriza sobre nosotras, todo el campo de la sociología que nos ha estrujado en conceptos y pobrezas, todos los artistas, todos los médicos, siquiatras, antropólogos, toda la academia pestilentemente heterosexual, en nuestros zapatos. Y no hablo de un dolor de pies, hablo de cuanto durarían vivos. Las travestis tenemos la necesidad de re-historizar. Empezamos con tiempos distintos y a otros ritmos en nuestras conceptualizaciones. Hacer de nosotras un concepto de historia, un concepto de política, de afecto, de potencia, es porque tenemos inscrita tácitamente la frase de Audre Lorde: “Las herramientas del amo, no desmantelarán la casa del amo”. Invito a la alta filosofía, a la academia dura y masculina, a guardar sus lápices, a cerrar sus bocas y abrir sus anos, a entretenerse si no tienen de qué escribir. Las travestis hablamos por nosotras mismas, nada de nosotras sin nosotras. Devenimos garzas, leopardas. Devenimos cuerpo-barricada. Somos el fuego de esta resistencia. Re-sisto, es un grito de Re-existo. La furia nos alimenta, hacemos política con los cuerpos ensangrentados, intervenidos, perseguidos y nunca amados. Hacemos política porque no queremos más muertas. Mi primera revolución fue amarme travesti.